Clasificación de castillos en función de su emplazamiento
Las épocas históricas marcan sobremanera los emplazamientos de los castillos y su función. Es tal la relación existente entre el tiempo y el lugar de un castillo que solo conociendo uno de los dos datos podremos conocer en mayor o menor medida el otro. Épocas históricamente belicosas como la Edad Media, precisaban de castillos emplazados en una situación preferente, especialmente en alto; de esta época medieval son por ejemplo muchas de las fortalezas defensivas que ribetean el río Mosa. En su paso por Bélgica son muchos los castillos que se levantaron en cimas cercanas para desde allí dominar el cauce del río y defender una ciudad que poco a poco crecía bajo su tutela.
Preciamente esa disposición geográfica ha permitido establecer una clasificación de los castillos en diferentes grupos:
– Castillos roqueros
Llamados así por emplazarse sobre una gran roca o risco. De carácter defensivo parecen acoplarse a la cima en la que se levantan de tal modo que los precipicios que lo rodean o las escarpaduras son un aditivo defensivo más del propio edificio. No tienen una planta característica pero su silueta es claramente agresiva y sobre todo, resultan difícilmente accesibles. El más conocido es el castillo de Neuschwanstein.
– Castillos de cerro o colina
Se diferencian de los anteriores porque éstos se alzan sobre un pequeño monte o cerro, y se construyen para defender esa elevación y sus alrededores.
– Castillos montanos
Se levantaron en mesetas, un poco en alto, pero tenían como misión controlar un vasto territorio a su alrededor. Son defensivos pero no resultan tan inaccesibles como los anteriores. Uno de éstos es el castillo Himeji, en Japón.
– Castillos de llano
Son, principalmente, de los siglos XIV y XV, suelen estar rodeados de un foso como elemento defensivo dado que son totalmente accesibles y dificilmente defendibles. Por ello precisamente se consideran castillos más bien residenciales, como por ejemplo los que se construyeron durante el Renacimiento. Son clásicos los castillos franceses del Loira, como el de Chambord.
– Castillo urbano
Son los que conocemos como Alcazabas o Ciudadelas y se levantaron dentro de la misma ciudad a fin de defenderlas. Tenemos un ejemplo en la ciudadela de Dinant, sobre el Mosa, o en la Alcazaba de Málaga.
– Castillo de agua
Los diferenciamos de los que cuentan con un foso porque en éstos el agua es meramente ornamental. Se rodean de estanques y lagunas naturales o artificiales. Ejemplo de este tipo es el de Gravensteen, en Gante.
– Castillo de bahía
Eran muy habituales en el siglo XVI y se construían pegados a la costa o a una bahía de modo que uno de sus lados quedaba así protegido. Solían construirse para defender puertos y ciudades costeras. Un ejemplo es el castillo de Sirmione.
– Castillo excavado
No son muy habituales aunque conforman una variedad de castillo roquero, de los que se diferencian porque se construyen las dependencias excavadas directamente dentro de la roca.
Categorias: Información